Danilo busca recuperar la popularidad perdida

Danilo busca recuperar la popularidad perdida
El presidente Medina busca su recuperación tras el fuego cruzado de los opositores sobre el caso de la ODEBRECHT y los informes de que recientes encuestas han señalado cierta caída en la popularidad del gobernante, una vez apreciado por más del 80% de los electores.
Su pronunciamiento el pasado miércoles, en el cual negó que la referida empresa del Brasil diera dinero para su campaña electoral a través del publicista, Joao Santana, por la energía que lo caracterizó parecía recuperar cualquier terreno perdido en su popularidad.
Mientras el abogado de Santana, Fabio Tofic Simantob, negaba en la misma fecha que la empresa brasileña pagara a la campaña del presidente por sus servicios de marketing político, Medina denunció que quieren verlo “nadar en el lodo”, aunque no citó fuentes.
El inusual pronunciamiento del presidente Medina en uno de los salones del Palacio Nacional, fue en todo caso una respuesta a quienes han estado denunciando a su régimen por haberse comprometido con ODEBRECHT y a los grupos que se han manifestado en las calles.
Dijo que el supuesto pago de su campaña por la compañía extranjera ya lo habían desmentido desde Brasil, pero señaló, aunque no citó nombres de personas o grupos, la desesperación de quienes no quieren esperar las investigaciones que se hayan en curso.
Es probable que Medina confiara en el peso específico que pudiera tener su palabra frente a las acusaciones de los opositores y lograra restaurar el alto nivel de aceptación del pasado tanto antes como después de las elecciones, previo al escándalo internacional.
Lo peor para el mandatario es que el escándalo ha dejado dudas sobre un caso que se investiga en varios países donde opera u operaba la empresa brasileña y que tienen como base confesiones que la compañía hizo ante autoridades judiciales de los Estados Unidos.
Ventajas de Medina
Medina ha sacado ventaja de pronunciamientos anteriores como en el año 2014 cuando defendió en La Habana, durante la reunión del CELAC, frente a denuncias de los países del CARICOM, que era incierto que RD fuera racista, un argumento esgrimido por adversarios.
En esa ocasión, en tono muy enérgico, el gobernante prometió a los presidentes y jefes de estado de los países latinoamericanos, que no habrá deportaciones masivas pero que tampoco el país rendirá su soberanía “ni por un turista, ni por un centavo de inversión más”.
Se atribuye a su comportamiento en la reunión del CELAC que su popularidad subiera al máximo, al punto de que el régimen navegaba con los vientos a su favor y sin que la oposición tuviera un tema de algún fundamento como el escándalo brasileño.
Los bonos del presidente Medina crecieron también cuando anunció en el discurso ante la Asamblea Nacional el año pasado, que Bahía de las Aguilas “ha sido finalmente liberada”, tras la sentencia que dispone la anulación de títulos expedidos a particulares.
Cuando el presidente ordenó por decreto detener los desalojos de los terrenos de Los Tres Brazos y dispuso que una comisión investigara las ventas en ese sector de la zona oriental de Santo Domingo, encontró el apoyo del público y el silencio de opositores radicales.
A principios del presente mes Medina destituyó al director del Consejo Estatal del Azúcar, CEA, José Domínguez, tras recibir un informe de una comisión de alto nivel que denunció “debilidades institucionales crónicas” en esa institución.
El presidente Juan Manuel Santos, de Colombia, considerado uno de los gobernantes más populares de la región en el 2014, perdió esa popularidad y la vino a recobrar el año pasado cuando su gobierno pactó con las FARC un acuerdo de paz.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tras un mes lleno de trompicones, como la materia prima de los programas nocturnos de sátira y risas, logró repuntar un poco de un 45% de aprobación de acuerdo a las encuestas, tras su primer discurso ante el Congreso.
Aun así, la encuesta Gallup en su medición del  27 de febrero al 5 de marzo encontró que la popularidad de Trump no alcanzaba el 50% y que una proporción mucho mayor dijo que el país estaba dividido. Melania Trump, su esposa, era más popular en todos los escenarios.
Medina, con frenéticos adversarios en los medios de comunicación y la dirigencia política opositora, confiaría en que buena parte de su popularidad se mantenga mientras inaugura escuelas y visita el campo un par de veces a la semana, sin distracción de la bulla.
El presidente sabe que detrás de toda la campaña política contra su gobierno y el partido que lo llevó al poder, está la fecha distante de mayo del 2020, cuando la oposición aspira ganar las elecciones y sustituir cargo por cargo público a quienes los ocupan ahora.
El caso de la ODEBRECHT hizo que la semana pasada políticos y publicistas opositores llegaran a lo que sería el extremo de pedir que el Congreso, donde su partido tiene amplia mayoría, lo interpele, algo calificado como “tontería” por el ministro José Ramón Peralta.
Peralta, el ministro más natural y compasivo del régimen ha surgido últimamente como un vocero de facto para que la defensa de Medina luzca lo más creíble que se pueda frente a verdades a medias por razones políticas, o al simple ditirambo.    
Caso afecta 3 gobiernos
Lo de la ODEBRECHT afecta a tres gobiernos dominicanos de los partidos Revolucionario Dominicano, PRD, con el cual se estrenó la compañía y de la Liberación Dominicana, PLD, en los regímenes del doctor Leonel Fernández y de Medina.
El pasado lunes, el ex presidente Hipólito Mejía (200-2004) defendió la conducta de su régimen en dos proyectos y proclamó “que no tiene nada que ocultar sobre su conducta como figura pública y que es incierto que en el caso ODEBRECHT pudo haber actuado al margen de la ley”.
Mejía recordó que al llegar al poder le dio continuidad a un contrato firmado bajo el régimen del presidente Fernández. Otro contrato ya en su mandato fue el de la Presa Pinalito, “que consistía en la construcción de una central hidroeléctrica en la provincia de Monseñor Nouel, aguas arriba de la presa Rio Blanco”.
Dadas las circunstancias y de sus claras aspiraciones para postularse por su partido el Revolucionario Moderno en el 2020, el ex presidente Fernández trató el tema con bastante ecuanimidad sin pretender derribar los santos de los altares. Su compañero de partido y ex candidato presidencial, Luis Abinader, fue cáustico con el régimen de Medina.
Tras el pronunciamiento de Mejía y de Medina, falta por hablar del caso de la empresa brasileña el ex presidente Fernández, en cuyos gobiernos se construyeron las mayores obras públicas por parte de la compañía inmobiliaria. Algunos de sus antiguos ministros están en la picota pública

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